lunes, 3 de julio de 2006

Zoom de pensamiento volátil

la soledad del hombre, a pesar de estar entre tantos, rodeado…
la asfixia por sentir que nos ahogamos en un sentimiento de muerte sin saber el por qué;;;;;;;;;;;;;;
el estancamiento por sentir que cada segundo se repetirá una y otra vez casi infinitamente, y se lo siente como hierro en las piernas… pesado… pesado,
el sufrimiento
la desazón, la pena, el tormento por una tormenta,,,,,,,
la falta de contención como producto del individualismo, por el hecho de mirarnos cada uno a nosotros mismos…………. aunque a veces ni nosotros nos encontramos en el espejo
el miedo a todo, a nada, y: quién sabe por qué.

Los personajes son muy similares unos a otros por el hecho de estar todos en una misma situación, al menos esa es la sensación general -incluso en el mundo de hoy donde, a pesar del individualismo/egocentrismo/egoísmo, todos parecemos ser resultado de un mismo proceso serial-. Esa similitud entre unos y otros esta basada en algo que no es lo puramente físico, sino que nace desde el interior –o quién sabe de dónde- y se manifiesta en rostros que expresan lo mismo, gestos que hacen referencia a algo en común.
Al decir verdad… no es tan definida la línea de cada personaje considerándolos por separado, mas bien podríamos hablar de fuerzas que se encuentran para producir una determinada situación. Cada una de esas fuerzas, consideradas como una entidad, es una pequeña parte que encuentra su lugar en el todo.
No por esto somos devotos de esa parte del nuevo teatro en donde se está en escena sin romper la línea que nos separa del mundo ni quebrar la cotidianeidad.

En cuanto al espacio, pensamos en un espacio reducido, donde el espectador se conecte con las mismas sensaciones con las que nosotros entramos en contacto con el solo hecho de leer el texto del espectáculo o mirar una foto.
Sabemos que, tal vez, muchos espectadores prefieran estar en una butaca acolchada pero ese deseo burgués no se corresponde con nuestro proyecto actual.

Incomodidad del espectador?… quizás la comodidad sea el peor estado por el que podamos pasar, o tal vez no. Al actuar pocas veces uno siente “comodidad” en términos literarios. LA INCOMODIAD NOS SUMERJE A otro lugar y el arte es otro lugar “NUEVO-DESCONOCIDO” todas las veces… es pura droga –buena droga- (será adictiva?)

Estamos fatalmente convencidos que pertenecemos a un NUEVO MUNDO DEL ARTE, o lo perteneceremos dentro de poco, por lo que creemos que lo mas importante es trabajar siguiendo lo que nos mande el alma (o lo que guíe en la creación).

No creemos que el arte deba ser obviedad…
no queremos que el arte termine apenas termina la obra, sino que buscamos que continúe en el alma, el cuerpo y la cabeza de quien lo percibe.

Creemos que el sentido no debe cerrarse sino ABRIRSE y es el público quien debe completar todos aquellos huecos que deja –a propósito- una manifestación artística.

SENTIMOS la necesidad de dar y quitar, pedir y devolver, mostrar y ocultar, decir y callar, mentir y/o dar verdad…
SENTIMOS que el arte no es la realidad, más bien es otra realidad que creamos y, por lo tanto, para nada debe seguir las leyes que rigen a la realidad PRE-PRE-PRE-EXISTENTE.